Fiestas - Sorteos Viajeros -Crevillente 2016

  • Fiestas


    Fiestas de Semana Santa de Crevillent

    Durante la primavera, tiene lugar la celebración de la Semana Santa, declarada en Noviembre de 2011 de Interés Turístico Internacional, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. 


    En la noche de martes santo, silencio y oscuridad se adueñan del casco antiguo de la localidad, por sus calles tortuosas y estrechas se agolpa la multitud para ver la procesión de Stmo. Cristo de Difuntos y Animas, acompañados por antorchas, inciensarios, y una composición del cinquecento interpretado por un coro local.


    La magia del miércoles santo empieza con el tradicional arreglo de pasos; familias enteras dedicadas al cuidado de las imágenes, sacan los tronos a las calles, donde con mucho cuidado y elegancia engalanan los pasos que posteriormente concurren en la tradicional “entrada de pasos” en la Iglesia de Belen.


    En la madrugada del viernes santo, rondallas y bandas de cornetas, interpretan las populares “dianas”. Al amanecer “La Morquera” es tomada por la gente para presenciar con fervor un acto sentido para Crevillent: el abrazo entre la madre y el hijo durante la procesión de camino del Calvario.


    El domingo de resurrección de Jesucristo, Crevillent lo conmemora, en la plaza de la Constitución, con las imágenes de San Juan de la Palma, Regina Pacis y Jesús Sacramentado, con el fondo de la armonía del Aleluya de Haendel.


    Fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent

    Las fiestas mayores, declarados el 24 de junio de 2005 también Fiestas de Interés Turístico Nacional, son las de Moros y Cristianos, las cuales se celebran en honor al patrón de la localidad San Francisco de Asís durante el primer fin de semana de Octubre. 


    En los desfiles mayores, uno sábado y otro domingo, destaca la elevada participación femenina, protagonismo que se ensalza aún más con la belleza, cargo que bajo distinta denominación ostenta una dama por cada comparsa , y sobre todo sus Embajadas basadas en un hecho ocurrido en Crevillent en el siglo XIII y cuya originalidad estriba en que no hay vencedores ni vencidos, constituyendo un símbolo de fraternidad y tolerancia entre ambas comunidades, Mora y Cristiana.