Historia Huércal-Overa 2017

Situado a levante de la provincia, limítrofe con Murcia, Huércal-Overa es tierra de frontera, tierra que ha participado siempre de la más rica experiencia del ser humano, tierra que ha tenido el privilegio de ser varias veces a lo largo de su historia puente de civilizaciones.

Los campos de Huércal-Overa, como en general todo el sudeste español y, más en concreto, el levante almeriense, fue centro de una intensa y fructífera vida en la prehistoria, cuando la cultura de El Argar dio aquel paso tan importante hacia el desarrollo humano, prólogo de unos siglos en los que fenicios, griegos, cartagineses y romanos trajeron la totalidad del Mediterráneo (de los otros Mediterráneos) a nuestro rincón del sur, con lo que empezaron a configurar la variada, larga y densa historia de nuestro país.

El 3 de marzo de 1668 cuando Huércal y Overa, con la denominación común de Huércal-Overa y mediante escrito de compra a la Real Hacienda, que pagaron los propios vecinos de su patrimonio, se emanciparon de Lorca y se convirtieron en villa con jurisdicción civil y criminal.

El desarrollo de la minería en Sierra Almagrera y la mejora de las comunicaciones, con la construcción de la carretera que une Puerto Lumbreras con Almería y el establecimiento de estaciones de ferrocarril y telégrafos, repercutieron en el engrandecimiento poblacional y económico de la villa. Hasta tal punto que se logró la adjudicación de una de las dos sedes provinciales de la Audiencia de lo Criminal (1884). A este efecto se construyó un Palacio de Justicia, actualmente sede del Ayuntamiento.

La actual Huércal-Overa adquirió su definitiva planta a finales del XIX, tras una décadas de expansión y construcción de edificios públicos que demostraban la pujanza del pueblo y que le dieron la atractiva imagen que hoy, en plena expansión, conserva, y cuya primera característica es la de los aires de ciudad que tiene, sin duda uno de los más acusados de la provincia.