Historia Cádiz

Cádiz es uno de los asentamientos fenicios más antiguos de occidente.


Desde su fundación por los tirios, según la tradición clásica ochenta años después de la Guerra de Troya (1104 a. C.), fué una ciudad volcada al mar y al comercio. De ella partió Aníbal para la conquista de Italia y el propio Julio César le concedió el título de civitas federata al Senado Romano. La ciudad alcanza una gran prosperidad en la época romana. Se construyen anfiteatros, acueductos y se convierte en la segunda ciudad más poblada del Imperio durante un breve período.

Durante las crisis del siglo III del Imperio romano, la misma caída de este y las conquistas visigodas, la ciudad entra en un declive importante; entrando en una época oscura y perdiendo la capitalidad de provincia y su importancia comercial y estratégica. El derrumbamiento de las redes comerciales del Imperio, tan necesarias para Gades como para cualquier urbe costera, hizo la mayor parte. El estilo de gran ciudad abierta de la antigüedad dio paso lentamente a una ciudad amurallada más pequeña, de estilo común en la Edad Media. Desesperados por la necesidad económica, muchos de estos antiguos habitantes de Gades se vieron forzados a renunciar a derechos básicos para recibir protección de los grandes terratenientes y partir a pueblos del interior; por ejemplo a Asido Caesarina Augusta. Los primeros se convirtieron en una clase de ciudadanos medio libres llamados colonus.

La ciudad fue conquistada por los bizantinos en el año 522, reconquistada por los visigodos en el 620 y conquistada por las tropas de Tariq Ibn Ziyad en el 711, tras la batalla del Guadalete. Durante esa época es demolida la estatua de Hércules, en el templo de Hércules.

No es hasta la Reconquista cuando se instauran en la bahía de Cádiz los astilleros reales de la Corona de Castilla y el comienzo de la era de los descubrimientos, cuando resurge la ciudad con gran impulso. De sus puertos partieron numerosos descubridores, como Cristóbal Colón o Álvar Núñez Cabeza de Vaca, y conquistadores en la época colonial, que trajeron más de 10.000 esclavos a la ciudad.

En el año 1766 Carlos III promovió definitivamente la emancipación de la Isla de León con la fundación y nombramiento del primer consistorio en la nueva villa independiente mediante Real Decreto con el nombre de Villa de la Real Isla de León.

En decadencia, después de su implicación en la Guerra de la Independencia y hundida tras la pérdida de Cuba, la ciudad no paró de crecer en población (beneficiándose en este sentido del éxodo rural, sobre todo proveniente de La Janda), lo que provocó un periodo de desarrollo urbano importante.