Historia Mula

La ciudad de Mula tiene antecedentes de población de tiempos del Paleolítico y Neolítico. La razón de estos asentamientos primitivos es la presencia del río Mula que fue un elemento vitalizador de la zona.

No obstante es la cultura ibérica la que más restos arqueológicos ha proporcionado en Mula. En concreto, el yacimiento de El Cigarralejo, con su poblado necrópolis y santuario, ha proporcionado ingente material arqueológico que se encuentra expuesto en el "Museo Monográfico del Cigarralejo". Dicha colección se considera la más amplia de la cultura ibérica existente.

En tiempos romanos, la zona estuvo ampliamente salpicada de villas, de las que se conocen varias, así como los asentamientos de Villaricos y La Almagra.

Abandonado el lugar primitivo en tiempos de la conquista musulmana, se edificó una nueva ciudad en el solar de lo que hoy es la actual ciudad de Mula. Durante la dominación islámica, Mula llegó a tener gran relevancia política.

Mula es conquistada por el infante Alfonso (futuro Alfonso X el Sabio) en 1244 y una año más tarde, su padre, Fernando III le concede de el Fuero de Córdoba, pasando a ser lugar de realengo.

En 1296, Jaime II de Aragón invadió el reino de Murcia pero tras la sublevación de la villa, se resistió durante años al dominio aragonés, recuperándola Castilla en 1304.